viernes, 31 de marzo de 2017

El Hombre del Sombrero

No te dejes distraer demasiado tiempo por la farola y su duro metal, contra el que parece haberse golpeado una y otra vez mi alma, dolorida y, a ratos, cansada. Es el hombre del sombrero el protagonista, con el cuerpo más castigado de lo que quisiera y su alma exacta a la mía.
Hace tiempo que se ha dado cuenta que le ha tocado hacer un curso intensivo de aprendizaje, de asistencia ineludible, al que le ha apuntado la vida. Simplemente la vida. Que consigue marchitarte para, al mismo tiempo, engendrar una flor cada vez más bonita, fruto de lo primero. Puede sonar cursi, es como se me ocurre explicártelo.
Podemos decirlo de otra forma, el hombre del sombrero, como cualquier otro hombre, va aguantando los golpes de la vida que le hacen estar más enamorado de élla.




Echaba de menos estar sentado aquí, en este salón. Hace más de año y medio de mi anterior publicación. He pasado por la puerta muchas veces, pero sólo hoy he entrado. Han sido un cúmulo de sensaciones, buenas sensaciones, incluso sabiendo que vería vacía la butaca donde siempre estaba sentado Ripley.

No voy a asegurar que vaya a quedarme, pero intentaré venir más a menudo.



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1 comentario:

  1. Año y medio no es nada para el hombre del sombrero. En esta dimensión el tiempo se mide por otras coordenadas: la vida quita y añade en un juego de suma cero.

    La foto lleva tu firma: la sombra mostrando lo que falta para completar la escena. La sombra tal vez como una forma de nombrar la fotografía.

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