sábado, 6 de abril de 2019

De Corazón.

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Puede que ahora entienda a Santa Teresa y otros más. Podría decir que el dolor sublima, igual que ha hecho mi corazón.
Podría haberme hundido hasta quedar aletargado con mi tristeza, inmensa e infinita como el cielo, y sería la consecuencia más normal.
Puedo deciros que cuando crees imposible que tu corazón soporte algo más de dolor, aunque sea ese gramo que hace vencer la balanza, él consigue seguir. Y cuando piensas que no sería extraño que explotara, desintegrando tu cuerpo, resulta que vuelve a ajustarse para aguantar. Y mastica, a su ritmo.
Y llega el momento, el éxtasis doloroso, en que tu corazón ocupa todo tu ser y acaba expandiéndose, hasta ser mucho más grande que tú. Como una nube a la que sigue desmigajando el dolor aunque sea brisa pero, por encima de todo, sustentada por lo más profundo que el corazón guarda y es, el alma, dirían algunos.


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2 comentarios:

  1. Me encantó tu texto y tu imagen.

    Un abrazo.

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  2. No me resulta fácil comentar esta foto y este texto. Tampoco es necesario. Me recuerda antiguas estampas que yo nunca supe entender del todo. Pero la vida te va enseñando.

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