lunes, 2 de octubre de 2017

Un Breve Claro

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No tan bién como mi güelo, del que recuerdo perfectamente casi todo y sobre todo aquella cara y aquellas manos labradas por los inviernos y veranos de la seca zona de León donde quiso el azar y la vida que pasase la suya. Decía que no tan bien como él, pero yo también miro al cielo y sé cuanto tiempo le queda al claro que me ha dejado salir de casa. Aún así tengo menos de la mitad de años de práctica que Eulogio y tampoco tengo aquellos cielos que llegaban a lo más lejano del horizonte.
Huelo también la lluvia y Pelos parece entenderlo mejor que yo, porque su paso es más acelerado de lo normal y me mira cada poco para saber si aún no damos la vuelta.












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